ACCIÓN PACÍFICA EN LA CATEDRAL DE CIUDAD BUENOS AIRES.ARGENTINA #BastaDeTerricidio #ElGenocidioEsHoy #LibertadALasPresasPolíticasMapuche
Al Cardenal Mario Aurelio Poli Arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina, y a la mayor autoridad de la Iglesia Católica Jorge Mario Bergoglio, Papa Francisco:
Nosotras mujeres indígenas de diferentes naciones nos presentamos ante ustedes con el fin de solicitarles ser portavoces, para que el Papa Francisco se pronuncie a favor y en pos de la Liberación inmediata de las presas políticas Mapuche, así también esperamos su expresión de solidaridad y pedido de justicia.
Una de las presas injustamente detenidas es Betiana Colhuan Nahuel, quien es Machi, máxima autoridad del pueblo Mapuche, su rol es mantener el equilibrio con la naturaleza y es por eso que desde nuestras diferentes identidades indígenas, desde nuestra preexistencia a los estados coloniales es que exigimos una igualdad de derechos en las creencias culturales, que se respete y honre la cosmovisión de nuestros pueblos. Es por ello, que nos resulta sumamente doloroso ver cómo nuestra espiritualidad vale menos que la de otras comunidades religiosas para las instituciones.
Nos preguntamos, cómo es que si vivimos en un país laico, donde se respetan diferentes credos y sus prácticas culturales, incluso se les otorgan feriados laborales históricamente aceptados, las prácticas espirituales y culturales de los pueblos indígenas aún hoy son sometidas a la clandestinidad para evitar el hostigamiento y la violencia institucional. Ya no vivimos en una colonia, ya no estamos obligades a convertirnos bajo las reglas de la Iglesia, se supone somos pueblos libres y eso queremos, nuestra autodeterminación y que se respeten todos y cada uno de nuestros derechos como personas indígenas.
Una autoridad tradicional y espiritual merece respeto, resguardo y valoración de parte de todos los pueblos del mundo.
“El surgimiento de una Machi, autoridad espiritual y de salud Mapuche es un proceso de singular trascendencia cultural e histórica para todo el Pueblo Mapuche de Puelmapu –territorio mapuche del este de la cordillera de los Andes—. Recuperar la figura de una Machi ha generado un grado de implicancia socio-cultural e histórica que compromete al conjunto de nuestro pueblo. El rol que desempeñan pu Machi (las personas machi) tiene trascendencia comunitaria por ser una autoridad que desempeña su función social en el ámbito de la medicina tradicional mapuche. El/la Machi, una alta autoridad tradicional y espiritual del pueblo originario mapuche quien, a través del lawen (medicina natural), busca restaurar la salud y el bienestar de las personas y su entorno. El lawen forma parte del conocimiento de la naturaleza que, desde tiempos milenarios, viene siendo sostenido y transmitido por todo un pueblo. Son los machi quienes pueden percibir las causas de una dolencia, tanto física como espiritual a nivel individual y comunitario, al contemplar estos aspectos del paciente. Tanto los roles de este tipo de autoridades tradicionales como la integralidad de los sistemas de salud de los Pueblos Indígenas están protegidos por el Convenio 169 OIT, art. 32 y por la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, Artículo 36. A eso se suma que el rewe de la machi Betiana Colhuan Nahuel es un espacio al que acuden y en el que participan diferentes comunidades de Puelmapu y, por lo tanto, es un lugar de proyección de derechos y continuidad de pautas culturales y su afectación es de incidencia colectiva. En este caso, debe contemplarse esta condición socio-cultural e histórica para poner en ejecución los derechos que resguardan la continuidad cultural de un pueblo indígena, como es el Pueblo Mapuche. La Machi Betiana tiene una conexión directa con ese espacio del cual depende su vida física y el deterioro espiritual que nuestra machi está padeciendo desde el día de su detención nos mantiene en alerta y movilizados al conjunto de las comunidades, autoridades tradicionales y organizaciones de nuestro Pueblo. Comprender la amplitud de nuestro reclamo y la dimensión colectiva del daño que se está infringiendo a nuestro Pueblo a partir del encarcelamiento de nuestra machi, del violentamiento de su rewe y del espacio territorial a él vinculado es el primer paso para desandar décadas de relación colonial, de ejercicio de la violencia, de racismo y de estigmatización hacia el conjunto de los Pueblos Indígenas. El siguiente paso, es entender la significación de estos espacios y su relación con la continuidad de los Pueblos, en particular, del Pueblo Mapuche. Sólo a través de un diálogo realmente intercultural y respetuoso de las personas, las vidas, los territorios y las normas vigentes, es posible lograr ese entendimiento para actuar de manera acorde a nuestras pautas culturales.
El Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, establece que los Estados nacionales deberán asumir la responsabilidad de desarrollar, con la participación de dichos pueblos, una acción dirigida a proteger sus derechos y a garantizar el respeto de su integridad (Art. 2º). Asimismo, reconoce la obligatoriedad de los Estados de consultar, informar y garantizar la participación de los pueblos interesados en los procesos de políticas públicas, proyectos, emprendimientos, etc., que los impliquen o puedan afectar. En 1992 el Estado argentino adopta este Convenio por medio de la sanción de la Ley Nacional Nº 24.071. En tanto, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, de 2007, afirma el derecho de los indígenas, como pueblos o individuos, a disfrutar de manera plena de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales reconocidos en las normas internacionales de derechos humanos. Proclama, entre otros, su derecho a la libre determinación, a la autonomía en lo vinculado a los asuntos internos y locales, al sostenimiento de sus propias instituciones políticas, jurídicas, económicas, sociales y culturales, a la participación plena en la vida política, económica, social y cultural del Estado, a las tierras, territorios y recursos que tradicionalmente han poseído, ocupado o utilizado. Al ser nuestro país miembro de la ONU, las declaraciones emitidas por el organismo establecen el compromiso de asegurar su cumplimiento. Finalmente, la Constitución Nacional, con su reforma de 1994, reconoce la preexistencia étnica y cultural de los Pueblos Indígenas, garantiza el respeto a su identidad y asegura su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten (Art. 75, Inc. 17). Además, la Constitución incorpora tratados de derechos humanos, entre ellos, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; la Declaración Universal de Derechos Humanos; la 3 Convención Americana sobre Derechos Humanos; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; la Convención sobre la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio; y la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, todos ellos relevantes para arbitrar mecanismos de resguardo, restitución y reconocimiento de nuestros espacios ceremoniales. El rewe es un espacio sagrado del cual depende la salud física, psíquica y espiritual, no solo de la machi, sino de todos los mapuche, personas, familias y comunidades que habitamos Wallmapu, y de todo el Itxofillmogen (biodiversidad). Hasta allí llegan personas de diferentes procedencias que atienden dolencias físicas, psíquicas, espirituales y comunitarias recurriendo al sistema tradicional de salud mapuche. En este momento, y ante la grave situación de avasallamiento, violencia y discriminación hacia nuestro pueblo sufrida ante el allanamiento de ese espacio ceremonial sagrado, todas esas personas, las comunidades mapuche vinculadas al sitio y nuestra autoridad tradicional, la Machi Betiana, estamos atravesando por una situación gravísima de violentamiento a nuestras pautas culturales, pero también se está afectando el sistema de salud de nuestro pueblo y de los pacientes de la Machi.” (Parte del comunicado emitido y entregado a varias autoridades de Parques Nacionales y al Ministerio de Ambiente de la Nación, de carácter público por parte de comunidades Mapuche con más de 300 adhesiones por parte de organizaciones y personalidades, incluyéndonos, el pasado 2/11/2022.)
Para nosotros, pueblos indígenas, la Tierra es nuestro hogar, nuestra Madre. El Papa lo sabe y llama a la Tierra la casa común. En ella nace y crece lo que nos alimenta y sana, nuestras medicinas, y el cuidado y resguardo de la Madre es nuestro compromiso por la vida.
Nadie debe ser indiferente a lo que está sucediendo porque con la indiferencia nos hacemos cómplices de la violencia que ejercen los Estados racistas y genocidas sobre nuestros pueblos
Exigimos:
INMEDIATA LIBERACIÓN DE LAS PRESAS POLÍTICAS MAPUCHE.
RETORNO DE LA MACHI BETIANA COLHUAN NAHUEL A SU REWE.
DISOLUCIÓN DEL COMANDO UNIFICADO.
DESMILITARIZACIÓN DE TODOS LOS TERRITORIOS INDÍGENAS Y FIN DE LOS DESALOJOS.
RECONOCIMIENTO Y RESTITUCIÓN DE NUESTROS TERRITORIOS.
SOMOS VOCERAS DE LA TIERRA DICIENDO BASTA, LA VIDA NO SE NEGOCIA.
Mujeres de las siguientes naciones indígenas: Nación Tapiete, Nación Wichi, Nación Mapuche,
Nación Tehuelche, Nación Aymara, Nación Quechua, Nación Qom, Nación Kolla.